Sobre la necesidad de una juventud anarquista organizada

Os dejamos una de las ponencias que desarrollaron nuestrxs compañerxs el pasado 1 de mayo en la plaza de la Merced.

lineaLa propaganda de quienes dominan, inculcándonos desde el nacer que no se puede cambiar las cosas juntas, nos encierra en relaciones sociales marcadas por la búsqueda del beneficio propio dejando de lado la solidaridad. Sustituyéndola, ya sabemos, por caridad. Intentan hacernos creer que las únicas posibilidades de cambios son mínimas o imposibles, que solamente hay un porvenir posible, que las relaciones humanas son regidas por leyes inalienables. ¡Pero no pensamos así!

Relaciones jerárquicas nos son impuestas. Estructuras sociales artificiales visibles y recientes.. y otras más ocultas o anticuadas: Los sistemas modernos de control, el estado administrativo, el sistema Burgués-capitalista, la heteronorma, la xenofobia, el patriarcado ..y el especismo. Procesos civilizatorios de dominación, de propiedad, que nos convierten, a nosotras y al resto, en mercancía y máquinas andantes.

Vivimos la sociedad de la falsa sensación de libertad. De la falsa seguridad. De las fronteras, de las armas atómicas, las escuelas, las patrias y las cárceles… Todas estas cosas y muchas más que conocéis ya sabemos que significan control, y sabemos para quien.

Este sistema de doble moral cree que vamos a seguir tragando sus mentiras eternamente. Este sistema autocomplaciente, el de trabajar las de siempre para beneficiar a las de arriba, busca hacer imposible imaginar algo distinto. Y busca que si lo imaginamos poder venderlo y vaciarlo de significado práctico.
Y por eso vemos una sola solución, la de nuestra verdadera libertad juntas, la que da tanto miedo a la mayoría por los cambios de raíz que implica sin saber muy bien como. ¿Somos nosotras quienes creamos el conflicto? Ya vivimos en el desastre del todos contra todos. Masivamente, y cruelmente planificado.

A la juventud, personas creciendo y formándonos, intentan hacer de nosotras la trabajadora y consumidora perfecta. Esto ocurre tanto en la educación, como en la familia, los medios de comunicación, las producciones audiovisuales, la cultura escrita, el lenguaje, etc.

Así, en un empacho, asimilamos el modelo de ocio, los estereotipos sexistas (machistas, homófobos, tránsfobos, gordófobos..), nos enseñan a ser «hombres» o «mujeres», el consumismo, su superficialidad… , a ser educadas y respetuosas, a no cuestionar la autoridad, que el planeta y toda forma de vida no son más que herramientas, donde el sistema capitalista es el único modo de reparto posible, y a no ser curiosas fuera de nuestro papel.

La juventud debe dejar de verse como un lapso de pasota inmadurez, narcotismo o simple irresponsabilidad, donde, entre el exceso y las carencias tomamos los dichos y roles de nuestros antepasados como palabras divinas. Pasamos una vida escolar y académica en la que nuestras opciones son obedecer o escaquearte, siempre mecánicamente y siempre con un futuro programado. Con un recorrido evaluado y con el alma, normalmente vacía.

No nos enseñan a tomar decisiones ni a ser independientes, tampoco a llegar a acuerdos. Anteponemos a esto la práctica de la asamblea. La vemos vital para crear en base a lo que realmente pensamos, sentimos y tenemos necesidad de hacer. Recuperar el mundo que nos ha sido arrebatado, desde sus decisiones, desde su organización. Recuperarnos a nosotras mismas, nuestros intercambios, criticas, autocríticas, nuevas aperturas hacia formas de pensar y ver el mundo. Necesitamos esos lugares de decisiones y vida entre iguales al margen del interés del tirón del dinero, de los títulos, de los puestos,… de las servidumbres y contra ellas. “Porque la libertad no ha de ser reconocida. Se multiplica en células y expande por si misma”

Necesitamos una cultura de libertad, de igualdad, de justicia, de anarquía. Necesitamos espacios donde vivirla, necesitamos los vínculos para poder reaccionar, para poder aprender y cuidarnos, luchar y crear. Necesitamos hacerlo por nosotras, que nos quieren aplastar, y con más intensidad todavía por quienes están aun más oprimidas y claman consideración y solidaridad.

La juventud es rebelde, no ha de quedar en una mera moda; que organizar la rabia, la actitud positiva, el estar juntas, el organizarse es nuestra vía de escape a la opresión, la situación ideal para ver dónde están las cadenas y romperlas. Es el momento en que tenemos que cuestionarnos el mundo y sus estructuras a fin de crear nuevas formas de actuar, de relacionarnos entre nosotras, con los demás animales y la tierra viva. En definitiva organizarse, cultura y acción, para destruir todos los prejuicios y estructuras impuestas para poder realmente satisfacer nuestros deseos de libertad y justicia social. Así en vez de ser futuras ciudadanas ejemplares, seremos células revolucionarias en constante crecimiento.

Juventudes Libertarias de Málaga.

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